Madrid, 29 may (efesalud.com). La ginecóloga Carmen Sala Salmerón, de la Clínica Gine-3 de Barcelona, examina los últimos datos sobre abortos ginecológicos en España para hablar de la interrupción del embarazo por causas naturales, “un duelo sin funeral” cuando la pareja pone toda la ilusión del mundo en su futuro bebé.
“Aborto -explica la doctora- es la interrupción de la gestación antes de que el embrión sea viable; y para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la definición se ajustaría a la pérdida o la expulsión del embrión o feto antes de que su peso exceda los 500 gramos, más o menos entre la vigésima y la vigésimo segunda semana de vida. A partir de ese momento se considera muerte fetal”.
En los años 70, cuando Carmen Sala estudiaba Medicina, los libros de texto, como ‘Obstetricia práctica’ de W. Pschyrembel, definían aborto como “la interrupción del embarazo antes de la vigésimo octava semana de gestación”, es decir, antes de que terminara el séptimo mes de embarazo.
En cualquiera de los casos, el aborto espontáneo se produce por anomalías congénitas, normalmente por herencia genética, aunque también es frecuente la interrupción de la gestación debida al aparato reproductor femenino, a las enfermedades sistémicas de la madre o a enfermedades infecciosas.
Los abortos naturales pueden ser precoces, cuando se producen antes de la duodécima semana, o pueden ser t**díos, entre ésta y la vigésimo segunda semana.
“La frecuencia en abortos clínicos es muy alta cuando está diagnosticado el embarazo, de tal manera que un 15% no llegan a término”, apunta la obstetra.
Pero la mayoría de las interrupciones espontáneas del embarazo son abortos subclínicos: el óvulo fecundado no se fija en el útero y varios días después se produce una pérdida fetal. “Son abortos indetectables, aunque pueda ocurrir hasta en un 60% de todas las gestaciones”, informa Carmen Sala.
Los abortos en las mujeres de más de cuarenta años se aproximan al 40% de los casos.
También se producen abortos de repetición, cuando una mujer tiene dos o tres abortos seguidos por razones genéticas: la propia naturaleza se encarga de detener la gestación.
Además existen abortos por razones inmunológicas, ya que “el embrión funciona como un injerto y puede ser rechazado por el propio sistema inmunológico de la mujer”.
Sin embargo, lo que está muy claro para la doctora Carmen Sala Salmerón es que “un factor emocional o el estrés no causan abortos naturales”.
En las interrupciones voluntarias del embarazo (IVE), la mujer, o bien no desea seguir con la gestación por diferentes motivos personales, o bien cesa el desarrollo del feto porque en el transcurso de los dos primeros trimestres, hasta la semana 22, se detecta alguna cromosomopatía o malformación congénita.
¿Y cómo se diagnostica un aborto?… “Con la ecografía -responde la ginecóloga catalana-, el método más fiable para confirmar un aborto clínico”.
La consulta médica se convierte entonces en una clínica psicológica. El ginecólogo descubre la interrupción del embarazo.
“La pareja acude a la consulta rebosante de alegría. Ella está embarazada. Haces una ecografía y compruebas que la gestación no marcha bien. No escuchas el latido fetal o no encuentras al embrión; el h***o está vacío -huero-. Inicias diagnóstico de sospecha, midiendo mucho las palabras… bueno, parece ser, no lo termino de ver claro… y a continuación elaboras un diagnóstico de confirmación”, relata la doctora.
“La pareja -continúa-, se queda impactada. Les acabas de decir que el embrión no está vivo; que no se ha desarrollado. La mujer entra en shock; en un estado de incredulidad al comprobar que el embarazo se escapa de sus manos”.
Carmen Sala suspira… “No existe funeral y sí existe un duelo; la pareja sufre un gran dolor. Las mujeres tienen un sentimiento de culpa, al preguntarse qué han hecho mal, y un sentimiento de rabia… con la ilusión con la que iba a tener este bebé”.
Y Carmen suspira más profundamente antes de concluir: “Entre las múltiples situaciones complicadas en las que se puede encontrar un ginecólogo, decirle a una mujer que su gestación no es evolutiva, que su embrión no tira adelante, que está muerto, es una tesitura muy, muy difícil de afrontar”.
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